Martes 22 de febrero - 19hs
Movilización en Cabildo y Blanco Encalada
Basta de Inundaciones
Nos sumamos a la convocatoria vecinal en reclamo
por los daños producidos en la inundación del domingo
Por subsidios justos en reparación de los daños
Por un freno a las obras y construcciones irracionales
Las recientes inundaciones producidas en la Ciudad de Buenos Aires se deben a la concurrencia de varios conjuntos de causas, con diferentes grados de incidencia. Algunos de ellos son:
Las recientes inundaciones producidas en la Ciudad de Buenos Aires se deben a la concurrencia de varios conjuntos de causas, con diferentes grados de incidencia. Algunos de ellos son:
1- Una variación del régimen de lluvias, tanto en caudales cuanto en modalidades, que genera un fuerte impacto sobre nuestro sistema, basado en la conducción y entubamiento, cuya debilidad reside precisamente en la limitación de los caudales admitidos por el diseño.
2- La creciente impermeabilización del suelo en el área metropolitana, que avanza sobre espacios verdes, naturalmente absorbentes, reductores y retardadores del escurrimiento superficial.
3- El exceso de entubamiento de los cursos de agua naturales a cielo abierto, que simula ser la respuesta a los problemas generados por la impermeabilización – sin lograrlo –, y que responde al mismo esquema de pensamiento que originó los problemas.
Estos dos últimos generan un triple efecto negativo:
a- Incorporación a la escorrentía del volumen que naturalmente sería absorbido por el suelo. b- Aceleración del escurrimiento de las aguas superficiales y de las entubadas.
c- Casi total eliminación de la evaporación que se produciría naturalmente en el recorrido.
Esto también reconoce causas antrópicas, funcionales entre sí, tales como la “urbanización” especulativa e irracional del suelo del AMBA (negocio inmobiliario), y la utilización política de cualquier obra pública como símbolo de "progreso" y mercadería electoral, sin reflexionar sobre su verdadera utilidad para la comunidad (confusión entre estrategia política y rosca política).
La falta de aireación e irradiación solar del efluente entubado deteriora, además, su calidad.
4- El manejo inapropiado de los residuos urbanos, desde los modos domésticos de presentación de los mismos en la vía pública, hasta la recolección y disposición final, y las consecuentes dificultades para la liberación de la vía pública y los sumideros en casos de emergencia.
Las nuevas modalidades del mercado en materia de "packaging", y una creciente cultura de lo descartable, generan, además, una cantidad de residuos mayor que la necesaria.
5- Un erróneo criterio en las normas que rigen el manejo de los desagües pluviales domiciliarios, las que inducen al volcamiento total e instantáneo de las aguas precipitadas en el interior de los predios privados – con una capacidad de volcamiento de hasta 60 mm/h – hacia las colectoras públicas, que sólo admiten un pico de 60 mm/h durante un máximo de media hora, es decir, 30 mm/h. Esto incorpora al problema aproximadamente la mitad del caudal total de efluente.
6- La “urbanización” (en realidad incorporación al mercado inmobiliario) de los valles de inundación de los cursos de agua naturales y de los bajos próximos a su desembocadura, algunos de ellos pomposamente promovidos por el negocio inmobiliario e increíblemente permitidos por las autoridades sin advertencia alguna a la población sobre los riesgos que enfrenta.
Esto incrementa la vulnerabilidad de los habitantes y usuarios de construcciones en esas áreas. Como agravante, en muchas de estas construcciones existen, en los subsuelos, partes vitales, como tableros eléctricos, medidores de energía eléctrica, sistemas de bombeo de agua potable, medidores de gas, etc., con lo que se agregan nuevos riesgos. Esto también es, curiosamente, permitido por la reglamentación vigente, sin informar a la población.
Fuente: Arq. Fernando Couto
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